UNICEF, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Alianza Mundial pro Lactancia Materna celebran la Semana Mundial de la Lactancia Materna para fomentar esta práctica y mejorar la salud de los bebés de todo el mundo.
Este año el tema central de la Semana Mundial de la Lactancia Materna es la iniciación temprana de la lactancia materna, ya que se trata de una estrategia clave para la supervivencia del niño y, por lo tanto, para la consecución de uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM 4): reducir la mortalidad infantil.
Según un estudio realizado en Ghana por M.K. Edmon et al. y publicado en la revista médica Pediatrics en el 2006, es posible evitar el 16% de las muertes neonatales a través de la lactancia materna desde el primer día de vida de los lactantes, cifra que puede aumentar al 22% si esta comienza durante la primera hora después del nacimiento.
Siguiendo a la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC, el momento del inicio de la lactancia es determinante. “Se recomienda que el recién nacido permanezca en íntimo contacto con su madre (piel con piel), siempre y cuando las condiciones de salud de ambos estén dadas, durante las dos primeras horas de vida, para que tenga oportunidad de estar en contacto con el pecho materno y pueda realizar de forma espontánea una primera toma”, explica la profesional y agrega que “esto se debe a que en las primeras dos horas el recién nacido se encuentra en alerta tranquila o “periodo sensitivo”, lo cual facilita el reconocimiento temprano del olor materno, factor fundamental para establecer el vínculo y la adaptación al ambiente”.
Asimismo, según la Dra. Valeria El Haj, este primer contacto también tiene otros efectos positivos, ya que permite que los niños se recuperen más rápido del estrés, incorporen a su organismo bacterias que contribuirán a la formación de su sistema inmunológico y normalicen antes la glucemia, el equilibrio ácido-base y la temperatura corporal. Por otro lado, para la madre este contacto inmediato aumentará la duración de la lactancia, ya que con la succión se libera prolactina, una hormona que estimula la producción de leche y favorece el suministro continuo de alimento para el recién nacido.
¿Por qué es tan importante la leche materna?
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), si todos los niños de 0 a 23 meses estuvieran amamantados de forma óptima, cada año se podría salvar la vida a más de 820.000 niños menores de 5 años.
Es que, además de ser extremadamente rica en nutrientes y anticuerpos, la leche materna que los recién nacidos consumen durante los primeros días (calostro) actúa como una primera protección contra las enfermedades y presenta un estímulo para la fisiología del tubo digestivo. “Con el paso de los días la leche materna le proporcionará todas las vitaminas, minerales, enzimas y anticuerpos que los niños necesitan para crecer sanos en los primeros 6 meses de vida. Siendo una parte fundamental de su dieta hasta los 2 años o más, especialmente en los países en desarrollo”, plantea la Dra. El Haj.
Amamantamiento y COVID-19
El contacto inmediato en el momento del nacimiento no parece aumentar el riesgo de enfermedad para el recién nacido y los beneficios de la lactancia materna superan a los eventuales riesgos, aun en el caso de lactancia directa.
¿Cómo promover la lactancia materna?
Según la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC, la educación antes y después del parto y el apoyo persona a persona resultan fundamentales, no solo para que la lactancia materna se inicie, sino también para que continúe satisfactoriamente. “Durante el embarazo es ideal que los profesionales puedan brindarle a la madre una guía con información completa sobre cómo amamantar, con distinción a los nacimientos antes y después de las 33 semanas”, plantea la profesional.
Por otro lado, la OMS y UNICEF están trabajando para promover políticas que permitan la lactancia materna. En este sentido, se destaca la aprobación de la licencia de maternidad remunerada por un mínimo de 18 semanas y también la de paternidad, para fomentar la igualdad en el cuidado de los hijos. Además, las madres necesitan tener un entorno laboral propicio que las proteja y apoye para continuar con la lactancia, brindándoles acceso a descansos para amamantar, un espacio seguro, privado e higiénico para extraer y guardar la leche materna y servicios de guardería infantil asequibles.